If there is one thing we have learned in recent years, it is that traveling far away serves to value what is close to us. A week ago we made a very special trip around Castilla-La Mancha and do you know what conclusion we came to? That it’s time to rediscover our environment, to connect with what we are and to enjoy all that the little big jewels that we have so close to us have to offer.
We received many comments asking us about the heat but
for us the important thing was the colour:
the ochre walks of Toledo, the taste of the red of Finca Constancia, the orange sunset from the car in Cabañeros, the blues and yellows that dress up Talavera in ceramics and the white of the Molinos waving from the heights. We leave you with a photographic tour of our route of colour through Castilla-La Mancha.
We begin our tour in Consuegra, an experience for all five senses: seeing the impressive thirteen mills that welcome you, trying an exquisite taste in the Gaudy Tapería based on local products, discovering through the smell in Quesos César the value of artisan cheese, listening to the history of the place in iconic places like El Patio de los Jazmines and feeling the force of the wind while toasting with a glass of red wine in the Gastromolino, a restaurant located in a windmill. To end the day we spent the night in Villa Nazules, an oasis in the middle of olive trees, surrounded by silence and calm.
Our next destination is Toledo, a city to see, learn, walk and squeeze.
It takes more than a day to make the most of its history,
walking its ochre streets, its Jewish quarter and its corners. At the Maruxiña Restaurant they have some exquisite dishes to enjoy, from their terrace, with views of the city.
At sunset, our plan was to enjoy a tour in the Cabañeros National Park, one of the most important protected natural areas of our country. A unique opportunity to enjoy a different sunset among wild boars, roe deer and deer.
At Hotel Adolfo we charged our batteries for the next day. Located in Plaza Zocodover in Toledo, this cozy hotel made us feel at home (but with better views).
On the third day we started with something different, a morning kayaking on the Tajo River with Bernuy Aventuras. A unique experience that gives you the opportunity to see everything from a different perspective, special mention to the views of the Malpica Castle from the river. Afterwards we opted for a more relaxed and very interesting plan, a trip to Finca Constancia to learn about the process of growing and making its famous wines. Since then we have not stopped thinking about its Fragantia Nº6 and its Altos de la Finca.
To finish the day we enjoyed a spectacular afternoon at Cigarral de las Mercedes, a place full of magic that will make you feel in another corner of the world with its villas inspired by the five continents.
In Talavera de la Reina we learned about the history of San Ginés and we have to say that we hardly left there all morning (Mike even dared to use the ceramic lathe). Through his ceramic pieces we reviewed his history and his works for Talavera and the world. Right after that we enjoyed a magical walk through the most historical part of the city. A walk through its streets and its traditional colors in which we learned a lot about the tradition of the place.
To finish we visited the Palomarejos golf course, a piece of the Hamptons in Talavera, open to the public and with the aim of bringing everyone closer to its space and its sporting and gastronomic proposals.
Thanks to all of you who, in these days, have made us feel at home, which is already a little bit ours.
Si hay algo que hemos aprendido en los últimos años es que viajar lejos sirve para valorar lo que tenemos cerca. Hace una semana hicimos un viaje muy especial por Castilla-La Mancha y, ¿sabéis a qué conclusión hemos llegado? Que es el momento de redescubrir nuestro entorno, de conectar con lo que somos y de disfrutar de todo lo que tienen que ofrecer las pequeñas grandes joyas que tenemos tan cerca.
Recibimos muchos comentarios que nos preguntaban por el calor pero para nosotros
lo importante ha sido el color:
los paseos ocres de Toledo, el sabor del rojo del tinto de Finca Constancia, el atardecer naranja desde el coche en Cabañeros, los azules y amarillos que visten Talavera de cerámica y el blanco de los Molinos saludando desde las alturas. Os dejamos un recorrido fotográfico por nuestra ruta del color a través de Castilla-La Mancha.
Comenzamos nuestro recorrido en Consuegra, una experiencia para los cinco sentidos: viendo los imponentes trece molinos que te dan la bienvenida, probando una degustación exquisita en la Tapería Gaudy a base de productos de proximidad, descubriendo a través del olfato en Quesos César el valor del queso artesano, escuchando la historia del lugar en sitios icónicos como El Patio de los Jazmines y sintiendo la fuerza del viento mientras brindamos con una copa de tinto en el Gastromolino, un restaurante situado en un molino de viento. Para terminar el día pasamos la noche en Villa Nazules, un oasis en medio de olivos, rodeado de silencio y calma.
Nuestro siguiente destino es Toledo, una ciudad para ver, aprender, andar y exprimir.
Hace falta más de un día para sacarle todo el partido a su historia,
recorriendo sus calles ocres, su judería y sus rincones. En el Restaurante Maruxiña tienen unos platos exquisitos para disfrutar, desde su terraza, con las vistas de la ciudad.
Al atardecer, nuestro plan fue disfrutar de un recorrido en el Parque Nacional de Cabañeros, uno de los espacios naturales protegidos más importantes de nuestro país. Una oportunidad única para disfrutar de un atardecer diferente entre jabalies, corzos y ciervos.
En Hotel Adolfo cargamos pilas para la siguiente jornada, situado en la Plaza Zocodover de Toledo, este acogedor hotel nos hizo sentir como en casa (pero con mejores vistas).
En el tercer día empezamos con algo diferente, una mañana en kayak por el río Tajo con Bernuy Aventuras. Una experiencia única que te da la oportunidad de verlo todo desde una perspectiva diferente, mención especial a las vistas del Castillo de Malpica desde el río. Después optamos por un plan más relajado y muy interesante, un viaje a Finca Constancia para conocer el proceso de cultivo y elaboración de sus famosos vinos. Desde entonces no hemos dejado de pensar en su Fragantia Nº6 y sus Altos de la Finca.
Para terminar la jornada disfrutamos de una tarde espectacular en el Cigarral de las Mercedes, un sitio lleno de magia que te hará sentir en otro rincón del mundo con sus villas inspiradas en los cinco continentes.
En Talavera de la Reina conocimos la historia de Cerámica San Ginés y tenemos que decir que casi no salimos de allí en toda la mañana (Mike hasta se atrevió con el torno). A través de sus piezas de cerámica hicimos un repaso de su historia y sus obras para Talavera y el mundo. Justo después disfrutamos de un paseo mágico por la parte más histórica de la ciudad. Un paseo por sus calles y sus tradicionales colores en el que aprendimos mucho sobre la tradición del lugar.
Para terminar visitamos el campo de golf de Palomarejos, un trozo de los Hamptons en Talavera, abierto al público y con el objetivo de acercar a todos su espacio y sus propuestas tanto deportivas como gastronómicas.
Gracias a todos los que, en estos días, nos habéis hecho sentir como en casa, que ya es un poco nuestra.