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Hello Bangkok

Imagine that winter sets in your city. The temperature is decreasing, the days are becoming increasingly shorter and you have to start wearing endless layers to go outside. Imagine also that you have a lot of IHG Rewards Club points which will enable you to design your perfect holiday.
That is what happened to us a few months ago when we decided, for the first time in our life, to ring in the month of December in shorts and with an iced-tea in hand. We have travelled a lot but we had never been to Asia, so Thailand seemed like the perfect place for our first trip to the continent and it has inadvertently taken a little spot in our hearts.
After a 17 hour flight, having stopped over in Dubai with Emirates we arrived in Bangkok. We were absolutely exhausted from the trip and had not organized a thing so we decided to get an Uber from the airport. It is very easy to get a sim card there, but there was such a long queue that we opted to find somewhere with wifi instead.

Bangkok was our base but we travelled to a lot of different areas in the country. We spent the first few and last days at the incredible Hotel Indigo Bangkok Wireless Road, using our IHG Rewards Club points. Upon arrival, we were greeted by the staff with the biggest of smiles and an iced Thai tea, which we loved from the first moment and could not get enough of during our stay.

The hotel was located in Wireless Road and boasted breathtaking views of the city centre, so when we arrived at our room and we saw the view we had to take a moment to take it all in. We could see the city’s buildings even from our bath tub and it was interesting to appreciate how the hotel design reflects the neighborhood where it was located.

Whenever we opened the door to the terrace we could hear the city’s ongoing buzzing noise and felt incredibly happy to be there. We did, however, manage to relax in the room because despite being in the hub of the noisy city, we were 17 floors up.

Although we were not planning to use the pool as we just wanted to explore, the hotel had an infinity pool a few floors up and we had to take a dip on our first day at sunset. It was amazing to be able to swim so high up and take in those amazing views. It was our way of energizing for what would become a long trip.

Hope you enjoy our pictures as much as we had fun taking them. The food, the people, the beach… There is much more to come!

Imagina que llega el invierno a tu ciudad. Los termómetros bajan sin parar, los días son cada vez más cortos y hay que empezar a ponerse mil capas para salir a la calle. Imagina que también tienes un montón de puntos en IHG Rewards Club con los que puedes diseñar unas vacaciones perfectas.
Eso nos pasó hace unos meses cuando decidimos que, por primera vez en nuestra vida, íbamos a recibir al mes de diciembre en pantalones cortos y con un té helado en la mano. Hemos viajado mucho, pero nunca habíamos estado en Asia, así que Tailandia nos pareció el destino perfecto para nuestra primera vez y se ha quedado grabado en nuestros corazones.
Después de unas 17 horas de vuelo haciendo escala en Dubai con Emirates llegábamos a Bangkok. Cansados del viaje y sin nada preparado nos decidimos a pedir un Uber desde el aeropuerto. Allí es muy fácil comprar una tarjeta SIM para el móvil con internet, pero había tanta cola de espera que buscamos algún sitio con wifi para conectarnos.

Nuestra base sería Bangkok, aunque luego viajaríamos a otras zonas del país, nos hospedamos tanto los primeros días como los últimos en el increíble Hotel Indigo Wireless Road. A nuestra llegada nos esperaban todos con la mejor de su sonrisas y con un té thai helado que nos gustó desde el primer momento y que, por su culpa, ya no paramos de pedirlo por todas partes.

El hotel estaba situado en la Wireless Road con vistas impresionantes del centro de la ciudad, así que cuando llegamos a la habitación que nos tenían preparada y observamos las vistas tuvimos que quedarnos un rato parados para observar lo que veríamos cada día al despertar los próximos días.

Al abrir la terraza se escuchaba todo el ruido de la ciudad y sentíamos una emoción enorme de poder estar ahí. Cada momento de relax en la habitación fue increíble, estábamos en medio de todo ese caos, pero en una planta 17.

Aunque no entraba dentro de nuestros planes usar la piscina, el hotel tenía una infinity pool y no quisimos perder el atardecer desde allí en nuestra primera noche en la ciudad. Era increíble la sensación de estar nadando desde tan alto y con esas vistas. Fue nuestra forma de coger energías para lo que sería un largo viaje.

Esperamos que os gusten las fotos tanto cómo a nosotros Tailandia. La comida, la gente, sus playas, los paisajes… Hay mucho más que está por venir!